Amy Curry cree que su vida no podría ser peor. Tras la muerte de su padre, su madre decide mudarse de California a Connecticut para empezar de nuevo, por lo que Amy se embarca en un viaje por carretera para escapar de todo, cruzando el país desde el hogar que siempre ha conocido hasta su nueva vida. Además, en el viaje la acompañará Roger, el hijo de una amiga de su madre y al cual no ha visto en años, y está menos que encantada de cruzar el país con un chico al que apenas conoce... hasta que se encuentra a si misma enamorándose de él. Esta es la historia del viaje de una chica que busca encontrarse a sí misma mientras intenta aceptar la muerte de su padre y volver a recomponerse tras el trágico accidente.
Sinopsis traducida por Hannah.
Primera frase:
"I sat on the front steps of my house and watched the beige Subaru station wagon swing too quickly around the cul-de-sac."
“It’s not about the destination. It’s getting there that’s the good part.”
Llevo una semana intentando escribir esta reseña. Una semana en la que no hago más que escribir y borrar, escribir y borrar... y vuelta al principio. ¿Cómo hacerle justicia a un libro que te ha emocionado tanto? ¿Cómo transmitir todo lo que te ha otorgado una lectura tan intensa? Cuándo alguien fallece, los que quedan tienen que aprender a vivir con esa pérdida; tienen que recomponer pedazo a pedazo los trozos de un corazón roto; a evitar que cada recuerdo, cada sentimiento de culpa, de gozo y de tristeza te inunde. Pero Amy no sabe cómo volver a vivir, no cuándo su familia se está rompiendo en pedazos y no puede evitar sentirse culpable por lo sucedido, por el accidente que terminó con la vida de su padre.
A través de la pluma de Morgan Matson - ligera, evocadora y descriptiva - cruzamos todo el país americano, enamorándonos de paisajes que nunca hemos visto, descubriéndonos a nosotros mismos a partir de personas que nunca hemos conocido... y dejándonos cautivar por ese pequeño romance que se va cociendo a fuego lento, poco a poco, y que me ha enternecido infinitamente. Quizás porque es intenso sin necesidad de dramatismo; quizás porque Amy y Roger sacan lo mejor del otro; quizás porque, a pesar de lo que pueda parecer leyendo la sinopsis, el romance es un detalle meramente secundario, un elemento más de los constantes cambios que sufrirán nuestros protagonistas.
A través de la pluma de Morgan Matson - ligera, evocadora y descriptiva - cruzamos todo el país americano, enamorándonos de paisajes que nunca hemos visto, descubriéndonos a nosotros mismos a partir de personas que nunca hemos conocido... y dejándonos cautivar por ese pequeño romance que se va cociendo a fuego lento, poco a poco, y que me ha enternecido infinitamente. Quizás porque es intenso sin necesidad de dramatismo; quizás porque Amy y Roger sacan lo mejor del otro; quizás porque, a pesar de lo que pueda parecer leyendo la sinopsis, el romance es un detalle meramente secundario, un elemento más de los constantes cambios que sufrirán nuestros protagonistas.
“You know what my grandma used to say?”
“There’s no place like home?” I asked, trying again for a smile, this one less trembly than before.
“No,” he said, still looking serious, still holding on to his end of the CD. “Tomorrow will be better.”
“But what if it’s not?” I asked.
Walcott smiled and let go of the CD. “Then you say it again tomorrow. Because it might be. You never know, right? At some point, tomorrow will be better.”
El dolor de Amy, el desazón de Roger (AUNQUE SEA UN ACOSADOR ESPELUZNANTE, YO LE QUIERO D:), la necesidad de huir lejos, de cobrar otra identidad por un momento para sentir que no eres tú el que está atrapado en un cuerpo tan roto.... Matson logra transmitir cada uno de estos sentimientos sin recurrir al drama fácil, sin llenar las páginas de momentos lacrimógeos y escenas de auto-compasión. No, en Amy and Roger's Epic Detour seguimos el camino de dos adolescentes en busca de su verdad y, pese al prefijo dramático, los capítulos están cargados de ternura, de complicidad y de tropiezos. Al terminar el libro el lector siente la imperiosa necesidad de arrojarse a la carretera, suplirse de listas de reproducción y dulces y jugar a las 20 preguntas. De admirar los cambios del paisaje, de descubrir todos los lugares que puede descubrirte el país. Y de llenarte de hamburguesas y más comida basura.
En cuanto al inglés, no es de los más sencillos que he leído: la narración tiene mucha más importancia que el diálogo, así que puede resultar algo denso si no tienes algo de soltura con el idioma. Pero no os preocupéis, Plataforma Neo lo traerá a nuestras librerías este mismo mayo ¡así que no tendréis excusa para no enamoraros de esta increíble historia!
Amy and Roger's Epic Detour ha sido mi primera experiencia con el género de carretera, y no podría haber empezado con un libro mejor. He reído, he llorado, se me ha encogido el corazón y he sonreído como una estúpida. No tendrá el planteamiento más original, ni el ritmo de acción más veloz, pero he seguido el viaje de nuestros protagonistas con el corazón en un puño y deseando estar sentada en el asiento trasero... y en muchos momentos me he sentido como si lo estuviera. La edición es increíble: está repleta de recortes y fotografías, tickets de compra y listas de reproducción que hacen que te imagines perfectamente cada lugar, cada escena. Gracias, Morgan Matson. Don't be a stranger.
"He stood and looked at me for a moment, taking in my outfit. "You look hot."
"What? Me?" I stammered, completely flummoxed.
"Yeah," he said, still looking at me.
"Oh. Um, thank you. I mean, not that you don’t, but I’m not sure that you should—I mean …"
"Oh, no," Roger said quickly, and I could see that he was blushing again. "No. I mean—I meant what you’re wearing. Are you going to be too warm?”