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Reseña: El juego infinito

El juego infinito · James Dashner
Páginas: 352 · Precio: 16,95€
BookDepository / Goodreads · La doctrina mortal 1/3
 4.5 Stars
Michael es un hacker de Red Virtual, el adictivo juego de realidad virtual que arrasa entre los adolescentes.
Allí tiene amigos de verdad, Sarah y Bryson, y gracias a su capacidad para manipular la tecnología y saltarse las normas puede exprimir al máximo la plataforma y vivir experiencias al límite.
Sin embargo, la diversión acabará cuando el gobierno dé alcance a Michael...
¿Qué quieren de él las autoridades? Que les ayude a detener a un jugador sin identificar que está sembrando el pánico en la red. 
352 páginas de estafa absoluta, así es como describiría El juego infinito en una frase. Hacía tiempo que no leía un libro tan extremadamente aburrido, plano, parco en contenido y con una trama que hace aguas por todos lados. Por mucho que busco y rebusco, no consigo sacarle absolutamente nada bueno. ¿Dónde ha ido ese James Dashner que me cautivó con El corredor del laberinto? ¿Aquél con una pluma arriesgada y directa, cargada de descripciones y críticas? Porque en este libro no lo he visto por ningún lado: esperaba encontrarme con un inicio de trilogía con una fuerte carga social, y en vez de eso he tenido que soportar un tostón sin fundamento que jamás debería haber salido del cajón de los recuerdos. Y porque en la portada pone el nombre del autor bien grande, que si no hubiera pensado que habían intentado venderme gato por liebre.
“Todo el mundo dentro de la Red Virtual había oído hablar del club Negro y Azul. Aunque, en realidad, jamás había conocido a nadie que hubiera estado allí, porque era imposible entrar, a menos que fueras muy rico, muy famoso o que estuvieras en lo alto de la jerarquía criminal. O, por supuesto, que fueras un político, lo que te convertía en todo lo anterior.”
Y lo peor es que al principio prometía una buena historia: en la actualidad, los videojuegos cada vez son más arrebatadoramente realistas, haciendo que sintamos que somos el propio personaje dentro de la pantalla. Por lo tanto, no es disparatado imaginar un mundo en el que la realidad virtual está en su apogeo, una realidad tan detallada que los ciudadanos prefieren esas experiencias idílicas y emocionantes antes que su aburrida vida real. Pero terminó siendo un auténtico desastre.

¿Por dónde empezar?

La trama hace aguas por todas partes: nos encontramos con tres protagonistas que debido a sus habilidades para manipular los códigos de la Red Virtual -es decir, hackearlo- son llamados (o amenazados) a ayudar al gobierno parando los pies a un jugador extremadamente inteligente que está causando el caos en el videojuego, masacrando a los jugadores hasta el punto de herirlos mortalmente incluso en la vida real. El problema es que en ningún momento vemos que Michael, Bryson y Sarah tengan nada de especial: no son especialmente inteligentes -aunque se afirme que sí-, y los problemas les vienen totalmente masticados, hasta el punto de que hasta un niño de dos años podría salir airoso de ellos. Entonces, ¿por qué están siendo exitosos en una empresa que ni las mejores mentes del país (más experimentadas, más preparadas, etc.) han conseguido llevar a cabo? Simplemente, ridículo.

Por otro lado, veo un monstruoso problema en cuanto a la narración: supuestamente, ésta está cargada de acción a raudales... y de alguna forma es cierto, aunque eso tiene dos consecuencias y cada una más desastrosa que la anterior: prácticamente todas las escenas del libro resultan repetitivas, aburridas y sin gracia alguna, hasta el punto de que tenía que forzarme a mí misma a seguir con ellas y no tirar el libro por la ventana. En segundo lugar, hay tanta "acción" que el desarrollo de los personajes es totalmente nulo; son tres personas con el mismo carácter, sin nada que les haga peculiares o distintos entre ellos y, por si fuera poco, con una total falta de profundidad o evolución.
“Todo es relativo. Un cuchillo supone una bendición para el hombre atado con cuerdas, pero la muerte para uno encadenado.”
Algunas personas comentaron que lo mejor del libro era el final, y ahí tengo que darles la razón: a lo largo de las últimas 10 páginas, El juego infinito da un giro de tuerca muy interesante, sorprendiendo al lector y dando pie a una continuación que podría ser interesante... pero, en mi opinión, ese final está narrado con tan poca gracia como el resto del libro, de tal forma que aunque sea sorprendente e ingenioso, tampoco aporta el suficiente interés a la trama. Prácticamente suspiré de alivio cuándo llegué al punto final y pude pasar a cualquier otra lectura.

Y eso es todo. El juego infinito se va directo a la lista de peores lecturas de mi trayectoria como lectora y como una de las mayores decepciones del siglo. A algunas personas sí les ha gustado este libro, aunque coinciden que está años luz de lo que fue El corredor del laberinto, una trilogía que pese a que solamente he leído su primer título, me sorprendió muchísimo... y mucho tendrían que empeorar los siguientes para dejarme tan mal sabor de boca como éste.


Gracias a Montena por el ejemplar. 
©Santa Template · Rose · Luminous Words, 2015