Érase una vez, una historia.
Una historia escondida entre las rocas del Everest. Una historia que sólo puede ser susurrada en las noches en las que la luna llena brilla más que el sol, por labios bendecidos por los bardos ancestrales.
Un cuento. Y una leyenda.
¿Queréis saber más? Pues escuchad atentamente, porque no lo voy a repetir dos veces.
Aunque, ¿quién sabe? Quizás, Cirenia pueda contaros algo más el próximo 8 de septiembre.
O quizás son sólo habladurías de gente demasiado supersticiosa.
En los cuentos nunca te hablan de los detalles. No te explican qué es el hogar. No te dicen cómo se sabe que es amor cuando la observas ni te advierten que el miedo puede tomar la silueta de la más hermosa de las mujeres.
La primera vez que la vi era muy joven. Estaba perdido y desorientado, en un lugar desconocido, con la única certeza de que mi nombre era Chryses. No recordaba nada. Me había levantado a duras penas de la arena, de entre los restos de un naufragio, y caminado sin rumbo, dolorido y sediento, hacia un pequeño bosque. Podría haberme puesto como destino el palacio que arañaba las nubes con sus altas torres, pero no me sentía con ánimos de encarar a nadie y ser acosado a preguntas para las que ni yo mismo tenía respuesta: ¿De dónde venía? ¿Dónde estaba mi familia? ¿Hacia dónde iba mi barco, aquel frágil objeto ahora hecho pedazos? ¿Había sobrevivido alguien más?
Buscaba agua dulce que calmara mi sed, pero en lugar de eso, me topé con las ruinas de algún viejo edificio y, pasando a través de ellas, una mujer a lomos de un caballo negro.
En cuanto la vi, supe que debía ser una reina. No llevaba corona, pero su porte hablaba de grandeza. Su rostro era joven, algo redondeado, pequeño como su cuerpo delgado, diminuta en comparación con la bestia que montaba. Vestía de rojo, y rojos eran los ojos que se posaron en mí, brillantes y llenos de curiosidad, aunque sus labios se curvaron en una sonrisa, como si me conociera de algo. Su mirada me dio miedo y, a la vez, me maravilló por su intensidad. Era pálida como la luz de la luna, aunque sus cabellos fueran oscuros como las sombras que habitaban la noche. En ese momento no pude apreciarlas, pero más tarde descubriría que en su espalda, siempre abiertas como dos flores, se encontraban un par de alas que destellaban. A veces temblaban, como si amenazase con echar a volar y desaparecer, pese a que yo nunca la vi alzarse del suelo con ellas. Siempre me fascinaron, pues parecían hechas de magia pura, de poder, de alguna sustancia que no había conocido hasta entonces.
Sin saber cómo, caí de rodillas ante ella, por propia voluntad o instado por la mente de aquel feérico. Aún a día de hoy, lo desconozco.
Cuando me quise dar cuenta, aquel país me había acogido. Los meses habían pasado lánguidamente y me encontré entre los soldados que dedicaban su vida a luchar por defender Lothaire, pese a que yo no era parte de aquellos bosques y aquella viva ciudad, estaba seguro. Nadie se hizo preguntas sobre mi presencia. Lo único que necesitaba era un nombre y ser capaz de seguir órdenes y empuñar una espada. No era difícil y, a cambio, me daban todo lo necesario para vivir.
También conocí a Rayne. Era un hombre como los demás y, a la vez, diferente. Su lugar estaba cerca de la reina, aunque él parecía preferir la soledad, pues más de una vez lo vi salir solo de palacio, con la mirada vacía, y vagar por horas durante el bosque. Yo evitaba su compañía por la simple razón de que me sentía incómodo a su lado: había algo perturbador en él, como si estuviera muy lejos, en otra parte. Por las noches, si teníamos alguna misión y debíamos acampar, nos sentábamos alrededor de la hoguera y él nos cantaba con su hermosa voz llena de añoranza e historias que todavía no había contado. Recuerdo aquellos meses especialmente porque, al cabo de un año, desapareció. Volvió mucho después, más cansado y triste, pero no más viejo. Aun así, nunca fue el mismo.
Mientras estuve allí, aprendí y crecí. Descubrí que nos entrenaban no solo para la protección del reino, sino para la guerra, pero cuando intenté preguntar las causas, las respuestas eran demasiado vagas, como un cuento del pasado que ya nadie consigue traer a la memoria con claridad. Los soldados juraban por el escudo de Lothaire, un fiero lobo, que servirían a la reina Mab hasta el final de sus días. Cualquier otra conducta se consideraba traición.
Yo no creía entenderlo. No creía entender por qué aquellos hombres luchaban y morían por el reino, diciendo que la guerra era su hogar. Hogar, para mí, era aquel lugar perdido al que añoraba volver y, aunque no sabía el rumbo hacia él, creía poder sentir al otro lado del mar. Hogar era un espacio en el que sentirse a salvo, al que pertenecer.
Pero yo no pertenecía a Lothaire.
Yo no pertenecía a aquel continente que se resquebrajaba por las fronteras como si fueran costuras.
Si pertenecí alguna vez a algún sitio, no lo haría hasta años más tarde.
Entre el caos de la lucha encontré mi hogar. Su nombre era Celeste de Anderia.
A ella, como aquel primer país borrado de mi memoria, también la perdí. No ha pasado un día en el que deje de pensar en ella.
¡No olvidéis pasaros por el blog YO LEO, YO COMENTO el próximo 8 de septiembre!
QUIERO. EL. LIBRO. YA.
ResponderEliminarOMG. Quiero leerlo. Tiene muy muy buena pinta.
ResponderEliminarUn saludo! ^^
Ay, llevo esperando este día para saber más sobre el libro de Iria y Selene, ¡lo quiero! *_____________*
ResponderEliminarSe va a hacer de rogar el libro u.u
Un beso ^^
Quiero que sea día 8 ya!!! Quiero el libro! ^^
ResponderEliminaromg!!! quiero leer más!!! me encanta!!!!!!
ResponderEliminarbesotes
¡Qué buena pinta!
ResponderEliminarQué ganas <3
ResponderEliminarQue buena pinta ;-)
ResponderEliminarSaludos
La verdad es que tiene super buena pinta :)
ResponderEliminarGRACIAS infinitas por sumarte a esta iniciativa, Hannah. Si todo sale tan bien como ha salido tu entrada, va a ser todo un éxito.
ResponderEliminar¡Y gracias a todos los que pensáis que tiene buena pinta! Nos alegramos de que esta primera parada os haya gustado. ¡Nos vemos en la próxima! ;) ;)
¡Besos!
Tiene muy buena pinta, lo leere segurooooo!!!
ResponderEliminarUyyy, ¿y esto? jejeje Pinta genial :D
ResponderEliminarUn besote!!
¡Tiene una pinta genial!
ResponderEliminarEstaré atenta para poder leerlo pronto jejeje
Tiene una pinta estupenda! Estaré atenta...
ResponderEliminarBesos:)
En ocasiones soy adivina y se de lo que se trata.La verdad me gusta lo que he leído, tiene muy buena pinta
ResponderEliminarbesos
hay ya lo quiero leer :D
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